viernes, 21 de agosto de 2009

De los textos del alcohol / José Cruz Camargo Zurita


Alejandra Arteaga

Aquellas noches en la mente de hombre, teñidas por las presas que su red de sentidos logra atrapar, se asocian al escrutinio de lo más profundo del ser, que busca una salida, a la masa que conforma la individualidad de un par de ojos, a través de la poesía; así De los texto del alcohol José Cruz Camargo Zurita dibuja la silueta de su espíritu.

No es ninguna novedad que el hombre realice una búsqueda exhaustiva a lo largo de su vida para desmenuzar los cuestionamientos que de manera imprescindibles merodean el pensamiento ¿quién soy?, ante esta necesidad la creación literaria emerge como barco en el mar de las letras no articuladas para erigirse como un boceto del autor que ha decidido zarpar. De esta manera surge esta publicación que lejos de ser una composición rítmica y métrica su objetivo se centra en la exploración de sí mismo.

José Camargo Zurita nació en el vientre de la musa a la que muchos han dedicado sus versos; la Ciudad de México (1955), y como rindiendo un tributo, la aborda en la desnudez de sus noches, de sus calles, del escenario en dónde logró interpretar un vasto número de escenas, protagonista de su propia vida, la ciudad desbocada/ sombra de nube, huella de nada/ proa cubierta de muertos/ de muertos con hijos, criaturas de salva.

En De los textos del alcohol se pude leer el prólogo que José Agustín dedica al autor del que dice “Como el título indica, en él se enfatiza la naturaleza yin, humana, terrenal, y dionisiaca del autor, pero en el fondo, para mí, más bien expresa una búsqueda intensa de uno mismo. Se trata de una iniciación sin ritos ni maestros, de un viaje al fondo de la noche con tonalidades muy oscuras y predominantemente tristes”.

En los poemas de José Camargo Zurita se pueden leer gabelas dedicadas a las ligaduras que lo atan a lo que el denomina `noche líquida´ y que funge como hilo conductor del libro, que desde el título, predice los contenidos; ansiedad, espera, extravío, delirium, silencio, presagio, noche, muerte, penitencia, apetito.

Las figuras de fémina están trazadas desde una perspectiva diferente; son una imagen mítica delineada con las tinturas del deseo. Prevalecen a lo largo de la obra como autoras del amor y también del desamor, como musas que perpetran al autor con la dulzura del indefenso y también con la fuerza de una unión romántica. Todas las imágenes son también analogías de la mayor de las musas, aquella de resplandor glorioso, heladamente blanca, que se erige en la `madre noche´ para ser contemplada en la oscuridad; la luna.

La muerte es el recurso que sazona la obra con misticismo y oscuridad, se habla de ella como si se tratara de una extensión del alma, el punto de la i, como dice el autor. Se complementa con el miedo y las lágrimas, con los fantasmas que acechan cualquier alma, y se la invita en todas ocasiones a la comunión y el diálogo, como si se tratara de verla de frente, letra por letra se dibuja lo que no tiene una figura.

Es también el autor, fundador de la banda de blues Real de Catorce, en la que, de igual forma que el lenguaje poético, hilvana la expresión de los sentimientos con el lenguaje más real, en el contexto de las palabras que no temen a los convencionalismos socialmente aceptados. Este capítulo en la vida de José Cruz Camargo también tiene cabida en esta publicación en dónde los versos dedicados al pueblo al que su banda hace tributo con el nombre, al norte de México, en San Luis Potosí.

Derivado de este místico lugar se relaciona a los elementos más profundos en la abstracción humana, que han sido pilares en el desarrollo espiritual, es aquí dónde el autor aborda la figura del Dios, y se refleja en la comunicación, antiguo conocimiento prehispánico, entre el ser humano y las fuerzas superiores a través de un de cacto que crece en el desierto; jíkuri.

De esta manera De los textos del alcohol reúne una serie de versos arrancados desde las profundidades de José Cruz Camargo, en los estados más complejos a los que todos los seres humanos nos enfrentamos, de una manera muy real por los tonos en que se escribe, este libro, es una búsqueda intensa de cada astro en la constelación del espíritu, que además está acompañada de trazos simbólicos que añaden un contenido gráfico, que en comunión logran expresarse.

Todas esas puertas: la necesidad de querer saber más

Alejandra Arteaga

“Cuando se habla de mujeres generalmente se olvidan sus significados principales. Cuando hablan las mujeres el olvido enmudece”. Aludir a la labor poética de Amaranta Caballero Prado no podría ser de mejor manera que citando estas líneas, creadas por ella misma, pues son las que mejor describen; poeta tránsfuga del olvido de sus lectores.

Si las palabras se consagran al sentimiento, exento del filtro de la racionalidad, para evadir el tiempo, entonces un maravilloso recuerdo de la infancia sería inmortalizado en un verso como aquellos dibujados por Amaranta Caballero Prado que en el libro Todas esas puertas surgen a manera de profundas imágenes que formaron parte de las etapas de su vida.

Caballero Prado divide en diez secciones el libro Todas esas puertas titulando, de manera cronológica, cada uno de los lugares que comenzando desde su infancia la resguardaron, de manera que, capítulo por capítulo, la autora aborda con una deliciosa introducción pictórica del panorama, situado en un tiempo y espacio específico, invitándonos a recorrer con ella las trayectorias de sus hogares.

Al inicio la esencia que transmiten los versos cargados de recuerdos niños de jardines, presas y el sabor a sal del infante que explora sin censura, reacción provocada por el `querer saber más ´, es sin duda el motor que enciende en el lector la nostalgia de las épocas de antaño que Amaranta Caballero autobiográficamente logra adoptar con cierta universalidad.

Es natural conocer los detalles de aquellos que durante la vida han estado a un lado para compartir, la familia, en la parte siguiente del libro es descrita en comunión con los lugares de convivencia mutua; una escalera de `L´, los vientos territoriales, los integrantes de una gran mesa en el desayuno, son parte de una vida que se hace singular por la diversidad de detalles alrededor de ella.

Mencionar la forma en que Amaranta Caballero describe en las siguientes tres secciones, con la abstracción de las palabras, cada paisaje, es preciso. Son circunstancias que los dibujan en la particularidad de su naturaleza pero que también incluyen mensajes de una transición inevitable para cualquier vida humana.

La etapa final se dedica enteramente a la transposición de las vivencias ocurridas en el lugar en que la autora radica. Tijuana por si solo es un lugar interesantemente idóneo para dedicar los versos que a la par trazan una etapa alejada de los inicios y que podría traducirse en un viajar constante sin despegarse del lugar desde dónde se escribe.

Originaria de Guanajuato la poeta ha logrado trascender no sólo en el área de las Artes Gráficas, en dónde cursó una licenciatura en la Universidad de ese Estado, es también a través de sus versos que se abre espacio en el mundo de la literatura nacional e internacionalmente en publicaciones como Tierra Adentro y Los Flamencos No Comen (Montpellier, France).

Amaranta Caballero Prado logra mediante el diseño poético de imágenes llenas de una `curiosidad fosforescente´, de esa ansia por conocer más, transportar en los poemas de Todas estas puertas a los lugares que no sólo la trazan como artista por el recorrido de su vida sino que despiertan un sentimiento de empatía autobiográfica en el lector.

Imágenes: Conaculta

jueves, 20 de agosto de 2009

Descubre La Casa para todos los Poetas y para los que aún no lo son.

Alejandra Arteaga

La poesía como arte disciplinario de la literatura se dibuja en la voz máxima del alma, de los sentidos y la abstracción de sus resultados, que en la cabida de la expresión alegórica de la mente humana, se desenrolla en palabras ; función tan importante para el desarrollo humano ha perseguido a la poesía durante siglos, es por esto que no es menos que lógico pensar en espacios dedicados al desarrollo de esta disciplina.

En la Ciudad de México La casa del Poeta, fundada en 1991, es la muestra más representativa del acervo en el arte poético y surge como parte de un esfuerzo por tener un espacio dedicado a la difusión de la literatura mexicana especialmente dedicada a la poesía, dónde a demás se busca estimular el gusto por este arte sin restricción de edad.

A diferencia de otros espacios éste cuenta con tres áreas en las que se desenvuelven diferentes formas de interacción con esta disciplina literaria; el museo Ramón López Velarde, un lugar dónde se preserva la historia del maestro jerezano fundador de la poesía mexicana contemporánea, cuenta con la información más completa de la vida y obra del autor de La Sangre devota ; la biblioteca Salvador Novo-Efraín Huerta tiene uno de los acervos más ricos en la obra de los grandes poetas que llevan su nombre, además de un colección que está integrada por libros que se presentan en la casa donados por los autores y las editoriales que los representan; una de las propuestas más interesantes de La Casa del Poeta, sin duda, son los Ciclos de cine que se proyectan los días martes a las 7:00 pm con la intención de trazar una silueta diferente de la literatura a través de imágenes.

Situada en la Colonia Roma, La Casa del Poeta es un mosaico cultural dibujado por la variada cartelera de actividades que mes con mes cambia para aportar una presentación innovadora de la poesía. Un ejemplo claro son las noches de poesía, en las que los participantes conviven en una deliciosa sesión dónde se comparten los versos de diversos autores, es un espacio en dónde la retroalimentación se hace presente. También para los infantes el lugar cuenta con un sistema de visitas guiadas con la intención de generar un acercamiento a la obra de López Velarde y a la poesía en general.

En este recinto dedicado a la poesía se han llevado a cabo numerosas presentaciones de libros, de poetas jóvenes que se inician en la literatura y de poetas maduros de gran trayectoria como Guillermo Sheridan, Antonio del Toro y José Vicente Anaya; grandes poetas que han pasado por este lugar dejando el testimonio de su sabiduría. También se ofrece el taller de Creación literaria y poesía dirigido a todo aquel que quiere iniciarse en los senderos de la poesía.

La Casa del Poeta es una excelente opción para el que inundado en las delicias de la poesía busque un lugar para dar rienda suelta a este maravilloso gusto literario con un excelente calidad documental, pero también es una buena oportunidad para aquel que busca iniciarse de manera asequible a la poesía. Para su disposición La Casa del Poeta se encuentra abierta de martes a viernes de las 10 horas hasta las 6 de la tarde y los sábados de 10 de la mañana a 3 pm.

Imágenes: Conaculta

El laboratorio teatral de Estela Leñero


Alejandra Arteaga

Alrededor de las 19: 00 horas del jueves 6 de agosto, una reacción causada por la mezcla de las palabras que dan forma al espacio escénico, el balance geométrico del lenguaje, la carismática risa de la dramaturga Estela Leñero, su trayectoria en el teatro mexicano y su más reciente publicación Verbo líquido, generó, una charla amistosa entre la autora y los asistentes a la presentación de este libro en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

En conjunto, los participantes de la presentación de Verbo líquido, entre los que se encontraba Sabina Bergman, Alberto Lomnitz y Esther Seligson, convergieron en denominar a la autora `científica de la dramaturgia´ en el marco de esta publicación, que contiene cinco obras creadas en lo que llamaron un laboratorio teatral que rompe con los cánones clásicos de esta disciplina literaria.

En 1987, con la puesta en escena de Casa Llena, Alberto Lomnitz, director de la compañía teatral Seña y Verbo Teatro de sordos, debutó en la dirección con la obra teatral de Estela Leñero, desde entonces una amistad fortísima se generó entre los dramaturgos que se reunieron en la escena después de 21 años, en 2008, con Verónica en portada, obra con la que inicia la publicación.

“ Estela me introdujo al medio teatral, su obra es una exploración del lenguaje teatral mismo, el espacio estructurado como un personaje más, es una escritora con voz auténtica, anclada en sus creencias, que se asoman en sus textos sin vacilación y sobre todo sin poses” dijo Alberto Lomnitz, el primero en tomar la palabra, quién también aprovechó para agradecer a la autora, a su lado izquierdo, con un cariñoso abrazo.

El turno siguiente correspondía a Sabina Bergman, quién hasta aquel momento no se encontraba presente, por lo que la escritora y ganadora del premio Xavier Villaurrutia (1973) Esther Seligson tomó la palabra e inmediatamente `presumió´ conocer a la dramaturga desde joven, a sabiendas de su conocida amistad con el padre de la autora, Vicente Leñero.

En su participación la también traductora comentó que el hilo conductor en esta obra teatral se centra en el flujo del agua, que cuaja en el espacio de la palabra generando una dualidad entre este recurso como espacio que se solidifica en las ventanas, y evidentemente en el escenario, y las relaciones equívocas, muy a la manera de Shakespeare.

Al respecto de la presencia del agua, la obra Verbo líquido, da título a la publicación y se encuentra en la segunda posición del libro, obra en que, de acuerdo a los expertos, la dimensión de la realidad es tan abstracta como el pensamiento que únicamente distingue el sonido de dos verbos que se pierden en el ruido del agua: necesitar y desear.

“El teatro de Estela es sumamente sexual, sensorial, por ejemplo en habitación en blanco los personajes se encuentran en una perpetua búsqueda de ternura, pero en lo personal el Codex Romanoff es el que más me gusta, y se preguntarán ¿dónde se encuentra el agua?, pues en la comida, ahí se le da vuelo a la gula” con estas palabras concluyó Esther Selingson a cerca de la 3er y 5ta obra respectivamente.

Con la justificación del conocido problema víal del que padece la Ciudad de México, Sabina Bergman, ganadora del Premio Juan Ruiz de Alarcón (2008) y prologuista del libro en tema, arribó a la sala, en la que, al tomar la palabra, reveló que Estela Leñero le había encargado el prólogo de la publicación dándole la oportunidad de resucitar obras que conoce de cerca porque además su amistad siempre ha sido muy crítica “durante años nos la pasamos criticando nuestro trabajo en un taller en que nos reuníamos precisamente para eso”.

Después de leer su aportación escrita en Verbo líquido, Sabina Berman, catalogó a la autora como `Dramaturga de dramaturgos´ debido a que los directores teatrales disfrutamos doblemente porque nos hace repensar en cada obra nuestros elementos, refirió. ¿Qué es lo que la hace diferente de otros dramaturgos? Ella sobresale por su hiperconsciencia de cómo y porqué debe haber un drama, su teatro es como un laboratorio en el que se experimenta , y concluyó, leida esta reunión de sus obras uno se queda con un zumbido en los oidos esperando con curiosidad lo que saldrá de su laboratorio.

Licenciada en Antropología social , columnista de Proceso, ganadora del Premio Nacional de la Juventud y autora de más de 15 obras de teatro, Estela Leñero Franco, agradeció la asistencia a la presentación de Verbo líquido, que reúne cinco obras reflejadas en muchos años de trabajo, contenidas ya `pulidas´ en el libro con la esperanza que en la posteridad sean retomadas.

La autora se mostró contenta de la asistencia que tuvo la presentación y, entre risa y risa, dejó ver las formas del laboratorio en el que experimenta la dramaturgia; su carácter alegre y su conocimiento teatral erigen este lugar del que resulta una obra maravillosa de teatro mexicano.

Imágenes: Conaculta